El vinilo al ácido es un material translúcido diseñado para permitir el paso de la luz sin dejar ver a través del cristal. Su acabado imita el efecto del cristal esmerilado o arenado, proporcionando privacidad sin oscurecer el ambiente. Se adhiere directamente al vidrio mediante un adhesivo especial sin necesidad de soportes adicionales. Está disponible en versión impresa o de corte, lo que permite añadir logotipos, textos o diseños personalizados.
Su resistencia lo hace apto tanto para interiores como exteriores, soportando condiciones ambientales sin deteriorarse. También es compatible con impresión en tinta blanca, permitiendo efectos visuales únicos en escaparates, oficinas y espacios comerciales.
En el ámbito comercial, es ideal para escaparates y fachadas de tiendas, ofreciendo una opción decorativa que puede incluir el logotipo o mensajes promocionales. En restaurantes y hoteles, se usa en cristaleras para delimitar espacios con un acabado elegante y discreto.
El vinilo al ácido se emplea comúnmente en oficinas y despachos, instalándose en mamparas y salas de reuniones para crear zonas privadas sin sacrificar iluminación. También es utilizado en clínicas y centros educativos donde se requiere separación visual sin bloquear la luz natural.
En el hogar, es una alternativa a cortinas y estores en ventanas, puertas acristaladas y mamparas de baño. Su resistencia a la humedad lo hace adecuado para baños y cocinas, proporcionando intimidad sin reducir la luminosidad del ambiente.
El vinilo al ácido se puede instalar en seco o con agua y jabón, dependiendo de la superficie y del nivel de precisión deseado. La técnica húmeda facilita la corrección de posicionamiento antes de su fijación definitiva, evitando burbujas de aire.
Para su colocación, se recomienda el uso de una espátula de goma para adherir el vinilo de forma uniforme y eliminar posibles restos de agua o aire atrapados. En instalaciones de gran tamaño, el material se puede panelar con superposición de 1.5 cm, asegurando continuidad en la imagen o diseño.
Si el vinilo se instala en una superficie de cristal con múltiples secciones, se aconseja tomar las medidas exactas de cada panel y solicitar cortes individuales. Una vez colocado, se puede recortar el exceso con un cutter y una regla para un acabado preciso.
El vinilo al ácido tiene una vida útil de hasta 7 años en exteriores sin impresión y aproximadamente 5 años con impresión. En interiores, su durabilidad es aún mayor, ya que no está expuesto a agentes abrasivos como el sol directo o la lluvia.
Para su mantenimiento, se puede limpiar con un paño húmedo y limpiacristales sin amoníaco, evitando productos abrasivos que puedan deteriorar la superficie impresa. La aplicación de un laminado protector prolonga su vida útil y previene daños por arañazos.
Si se desea retirar o reemplazar, el vinilo puede despegarse con facilidad manualmente sin dejar residuos adhesivos en el cristal. En el improbable caso de que se queda algún residuo, se eliminan fácilmente con alcohol isopropílico o un eliminador de adhesivos específico.
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